"MAMÁ NO TE MAQUILLES"
Cuando era niña solía mirar a mi madre frente al espejo con mis ojos grandes y salpicados de un blanco resplandor, levantándome de puntitas para para poder alcanzar a ver la forma en que mi madre se arreglaba, sus ojos siempre me percibían mientras me estiraba en el tocador, apreciando todos sus movimientos, sus brazos siempre se movían de un lado a otro cada que se veía en el espejo, para mí mi madre era la más bonita de este universo, una mujer increíble, era una gran maestra, una perfecta amiga, la ambiciada compañera de la vida, mi madre siempre fue excelente para mí, siempre lo fue.
Recuerdo que una mañana mi mamá muy apresurada comenzó a arreglarse y, sin querer, su labial se cayó al suelo, destrozándose, entonces con coraje lo recogió y comenzó a llorar, fue cuando me acerqué y le pregunté que era lo que sucedía, ella me contestó que se había roto el pequeño labial que le había comprado yo el otro día en el supermercado, así que la miré miré el labial con mis ojos cafés obscuros, y, tomando el labial, lo embarré en su cachete en una singular figura
-¿porque hiciste eso Jimena?- pregunto mi madre sin darle crédito a lo que recién había hecho, curvé la boca y pestañee un par de veces antes de responder
-ese labial mamá no es para que te maquilles...- empecé, -es para que coloreemos juntas el libro de dinosaurios que me regalaste- concluí, mi mamá sonrió al caer en su torpeza
-claro hija, es solo que quería presumir el labial que me habías regalado- contestó, mi madre era fanática de los cosméticos, ella siempre decía que eran para verse mas hermosa, así que respondí
-no es necesario mamá- ella asintió y levantó el labial hasta el tocador y suspiró, acto seguido se miro de nuevo al espejo y encontró la forma que le había dibujado en el cachete, era un corazón, ella no comprendió así que se volvió para preguntarme porque le había dibujado algo como eso en la mejilla, a lo que yo respondí
-es que, mamá, ya no quiero que te maquilles- ella arqueó una ceja sorprendida por el comentario
-¿porque no quieres que me maquille?, así me veré mas bella para ti hija- respondió,mamá solía maquillarse debido a que mi papá había muerto hacia unos años atrás, sin embargo, yo era muy pequeña para entender lo que pasaba, solo podía comprender que ella escondía su sentir bajo esa mascara de cosméticos caros, me acerqué y paré de puntitas, como era muy baja de estatura mi mamá se inclinó hacía mí
-es porque, mamá, para mí tu belleza no esta en el maquillaje, mamá, tu belleza esta en tu rostro natural, en tu forma de amar, tu verdadera belleza esta en tu corazón mamá, es por eso que ya no quiero que te maquilles- los ojos de mi mamá se enrojecieron y las lágrimas cayeron por sus mejillas
-que tonta, ¿porque no lo había pensado antes?- dijo mientras me abrazaba con fuerza, entonces deje que ese cálido y melancólico abrazo me cubriera todo el cuerpo como ella se dejaba cuando yo necesitaba del suyo
-¿ves mamá?, esta es tu belleza- dije mientras la abrazaba-... ya no tienes que maquillarte mamá- cerré los ojos y sonreí satisfecha de ver a mi mamá asentir de felicidad, mi mamá es una mujer bonita, y ella no necesita del maquillaje para verse mejor, así que... mamá, ya no te maquilles.
Que buen historia muy dulce por cierto...
ResponderEliminarSaludos!°
gracias tinta negra!
ResponderEliminarSALUDOS! n__n
gracias tinta negra!
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